miércoles, 25 de mayo de 2011

"El Diario de los Muertos" (2007): grabando a la muerte


El año 2007 nos regaló una película de muertos vivientes al más puro estilo de George A. Romero, básicamente porque la escribió y dirigió él.

El dios de los zombies creó una historia en la que unos jóvenes nos narran, en primera persona, el inicio de una gran epidemia de fiambres asesinos. Todo ello contado a través de sus grabaciones  con unas cámaras de vídeo.

Como suele pasar en todas sus películas, los muertos de Romero son lentos, zopencos y les gusta masticar poco a poco. Cabe destacar que durante la historia encontramos un razonamiento del porqué los zombis no pueden correr: ¡se les romperían los tobillos! Este mismo argumento fue defendido por el director en varias entrevistas.

Jason Creed (Josh Close) es un estudiante de cine cuya obsesión es grabar todo lo que está sucediendo a su alrededor antes que vivirlo él mismo. Junto a algunos compañeros de clase y el profesor Andrew Maxwell (Scott Wentworth), está rodando una película de momias titulada “La Muerte de la Muerte”.

En pleno rodaje, empiezan a oír por la radio extrañas noticias sobre reanimaciones de personas que habían muerto. En ese momento deciden posponer el rodaje e ir con la furgoneta a rescatar a Debra (
Michelle Morgan), la novia de Jason, el cual está determinado a grabar todo lo que hagan aunque esto le cueste la vida (y la de los que están a su alrededor).

Después de salvarla empiezan un viaje hacia los respectivos hogares de cada estudiante, para poder saber si sus familias han sobrevivido al primer día de catástrofe. Pero en poco tiempo se dan cuenta de que la infección es más grave de lo que pensaban, y van a tener que sufrir durante cada minuto del resto de sus vidas para no morir y convertirse en esos caníbales asquerosos.


Jason (Josh Close) y sus compañeros durante el viaje
Pese a tener un presupuesto muy bajo (2 millones de dólares), la película no se ve asfixiada por el coste de sus actores (que son todos de poco renombre) ni de sus efectos especiales que, sin duda, brillan por su ausencia (los zombis están bien hechos pero la sangre a veces se ve demasiado digitalizada).

Es verdad que los personajes no son muy complejos y a veces parece que tengan horchata en las venas en lugar de sangre, pero a menudo algún lumbrera se recrea con alguna frase célebre, como el profesor cuando dice: “…pobre Gordo, se va sin graduarse”, en el momento que uno de los estudiantes muere. 

Es una de las películas de George A. Romero con menos muertes de zombis, y pese a esto hay una gran variedad de métodos zombicidas y armas. No faltan las pistolas y armas de fuego, pero también encontramos un desfibrilador, el palo de un porta-sueros, dinamita, una botella de ácido, flechas, una espada y el mejor asesinato de la cinta: el harakiri de un amish sordomudo con una guadaña.

Un porta-sueros puede ser una buena arma
En la película no solo aparecen imágenes de sus cámaras (una Panasonic HDX-90 con la que rodaban la película de momias y una HVX-200 que se encuentran en un hospital), sino que hay cantidad de imágenes y vídeos extraídos de otros soportes como Internet y las noticias de la televisión, la cámara de un teléfono móvil, cámaras de tráfico y las cámaras de seguridad de una mansión. También es digna de mención la grabación de unos policías militares irrumpiendo en un apartamento, ya que fue el homenaje particular de Romero a la película española [REC].

 La obra fue creada con dos intenciones distintas: la primera, y como es lógico, fue crear una historia de muertos vivientes entretenida y  atractiva, que permitiera al espectador disfrutar de George A. Romero durante un buen rato; la segunda fue proyectar una (digámosle) crítica hacia la sociedad, que dispone de millones de medios para mostrar la realidad y solamente da como verdaderos aquellos que están al frente de la comunicación de masas.

Romero también lanza un mensaje final que invita a la reflexión, justo cuando aparece un vídeo con dos hombres divirtiéndose matando salvajemente a una mujer zombie: “¿Valemos la pena como para ser salvados?... díganmelo ustedes”.

LO MEJOR: la variedad de soportes que se utilizan para grabar y la fluidez con la que se sucede la historia

LO PEOR: la sangre demasiado digitalizada y la parsimonia de algunos personajes cuando en realidad están a punto de ser comidos


TÍTULO ORIGINALDiary of the Dead
AÑO2007
PAÍSEstados Unidos
DURACIÓN95 minutos
DIRECCIÓNGeorge A. Romero
GUIÓNGeorge A. Romero
REPARTOMichelle Morgan, Joshua Close, Shawn Roberts, Amy Ciupak Lalonde, Joe Dinicol, Scott Wentworth, Philip Riccio, Chris Violette y Tatiana Maslany

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