"THE DESCENT" (2005): Gollum no vive solo

El director y guionista Neil Marshall siguió con la tónica de crear una historia donde sus protagonistas estuvieran acorralados por unos cuantos come-humanos.

"HOSTEL" (2005): ¡Visita Eslovaquia!

'Hostel' nos muestra las accidentadas vacaciones de unos estudiantes norteamericanos que se van a sumergir en una historia de sexo, drogas, rock ‘n’ roll y gore.

"DOG SOLDIERS" (2002): Ricitos de Oro y los Tres ositos (versión +18)

Antes de ganarse el respeto en el cine de terror con películas como “The Descent” (2005) o “Doomsday” (2008), el director y guionista Neil Marshall debutó en su primer largometraje con “Dog Soldiers”.

"BIENVENIDOS A ZOMBIELAND" (2009): un chiste de zombies

Con un presupuesto de unos 24 millones de dólares, esta cinta se convirtió en la más taquillera de la historia en Estados Unidos en la categoría de muertos vivientes.

"LA POSESIÓN DE EMMA EVANS" (2010): El Diablo viste de Quiksilver

El pasado festival de Sitges fue el escenario de la presentación de una película española sobre una posesión demoníaca, 'La Posesión de Emma Evans'.

"EL HOMBRE LOBO" (2010): aprobado por los "pelos"

El público amante del terror en general, y de los licántropos en particular, esperaba el anuncio del estreno de una película de hombres lobo que pudiera satisfacer a los más inconformistas.

"SHUTTER ISLAND" (2010): estar cuerdo es una locura

En el año 2010 se estrenó la película “Shutter Island”, una adaptación de la novela homónima del escritor Dennis Lehane.

viernes, 17 de junio de 2011

“THE DESCENT” (2005): Gollum no vive solo


Después del inesperado éxito de “Dog Soldiers” (2002), el director y guionista Neil Marshall siguió con la tónica de crear una historia donde sus protagonistas estuvieran acorralados por unos cuantos come-humanos, y en 2005 estrenó “The Descent”.

Esta vez no fueron licántropos, sino una especie de homínidos caníbales que, según se entiende en la historia, eran hombres de las cavernas que decidieron evolucionar en las cuevas en lugar del aire libre, hecho que los convirtió en unos goblins de “El Señor de los Anillos” pero ciegos y albinos.

Con unos 5 millones de dólares de presupuesto, la película obtuvo más de 50 millones de recaudación mundial y, además, le sirvió a Neil Marshall para consolidarse en el cine de terror y para obtener más éxito aún que su predecesora.

Tras la experiencia traumática que supuso la muerte de su marido y su hija, Sarah (Shauna MacDonald) decide, un año después, comprobar si ha conseguido superarlo. Para hacerlo, se reúne con sus amigas en los páramos de los Montes Apalaches (Estados Unidos) con la intención de vivir una aventura practicando una jornada de espeleología.


Juno (Natalie Mendoza) encabeza la expedición
Juno (Natalie Mendoza) será la encargada de organizarlo todo y preparar la ruta a seguir a través de una guía. Una vez en la cueva, hay un desprendimiento de rocas y las chicas quedan atrapadas en la cueva. Es entonces cuando descubren que Juno les ha mentido y, sin decírselo, les ha llevado a una gruta que nunca ha sido explorada y que no aparece en ninguna guía, con la intención de poder ser sus descubridoras y tener el honor de bautizarla.


Pero quedarse atrapadas en una caverna no será su principal problema. Con su incursión en la cueva, han llamado la atención de unos habitantes que, al parecer, llevan mucho tiempo viviendo en la oscuridad.

Mi tesoro...
Pese a parecer una idea simplona, el hecho de que unas chicas intrépidas quedasen atrapadas en unas cuevas subterráneas en total oscuridad, hizo que la película lograra el punto de miedo calibrado para poder decir sin tapujos que se trata de un gran film de terror y uno de los mejores de su año.

¿Qué es, por antonomasia, el ejemplo de miedo? La oscuridad.

¿Cuál es el lugar más oscuro del planeta? Una caverna subterránea.

¿Qué es peor que una caverna subterránea? La misma, pero con alimañas humanas y con ganas de masticarte.

 La angustia que produce la situación de estar atrapado en una cueva estrecha y sin oxígeno,  produce una sensación de claustrofobia que no mengua hasta al cabo de unos minutos cuando te has acostumbrado (en mi caso menguó solo un poco). Y cuando empiezas a acostumbrarte a estar bajo tierra, de la nada aparecen esos “bichos” que hacen que la película no aburra y le dan un aire muy fresco en un sitio donde esto es precisamente lo que falta.

La primera vez que se ve a la fiera carnívora, parece que en cualquier momento va a decir: ¡mi tesoro…! Pero en el momento que empieza a mostrar como es realmente, nuestro querido amigo de la Tierra Media se convierte en un suave conejito de peluche. El trabajo final de los “rondadores” es espeluznante y se consigue plasmar magníficamente como sería una persona que llevara miles y miles de años allí.

Además del miedo y los inquilinos de la cueva, y al igual que pasaba en “Dog Soldiers”, la trama consigue meterte en la película y los actores (en este caso actrices) logran estampar el miedo para que la cinta sea realista. Además hay un argumento de transfondo que ayuda a darle un sentido a toda la historia.

También se tiene que añadir que hay dosis suficientes de escenas de sangre y vísceras que complacerán a los más exigentes, y aumentarán la crudeza con la que se muestra esta cacería subterránea. Especial mención a la escena que se graba con la visión nocturna de una cámara, y que se asimila a un documental de National Geographic mostrando unos leones devorando una zebra.

LO MEJOR: el manejo de la oscuridad y los seres que viven en ella

LO PEOR: algún personaje está para rellenar y el final puede confundir


TÍTULO ORIGINALThe Descent
AÑO2005
PAÍSReino Unido
DURACIÓN100 minutos
DIRECCIÓNNeil Marshall
GUIÓNNeil Marshall
REPARTOShauna MacDonald, Natalie Mendoza, Alex Reid, Saskia Mulder, Nora-Jane Noone, MyAnna Buring, Oliver Milburn, Molly Kayll, Craig Conway

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lunes, 13 de junio de 2011

"HOSTEL" (2005): ¡Visita Eslovaquia!


Cuando Quentin Tarantino participa en una película, es indudable que ésta va a estar en boca de todos en un santiamén. Esta vez, el aclamado director colaboró con el guión y fue coproductor de una película escrita y dirigida por Eli Roth (Cabin Fever, 2002).

“Hostel” (2005), que fue rodada en la República Checa, consiguió una recaudación de 80 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto inicial de casi 5 millones. La película nos muestra las accidentadas vacaciones de unos estudiantes norteamericanos que se van a sumergir en una historia de sexo, drogas, rock ‘n’ roll y gore.

Dos jóvenes americanos, Paxton (Jay Hernandez) y Josh (Derek Richardson), están de ruta por Europa con la principal misión de tener sexo con el mayor número de chicas posible. Durante el viaje, conocen a Óli (Eythor Gudjonsson), un islandés que se une a la aventura.

Ya en Amsterdam, el grupo conoce a un chico medio colocado que asegura conocer el lugar europeo donde es más fácil ligar con preciosas y espectaculares jóvenes de manera gratuita: un hostal situado en Eslovaquia. Los chicos no se lo piensan ni un segundo y deciden ubicar una nueva parada en su periplo europeo.

Una vez en el hostal, descubren que el jovencito yonqui de la capital holandesa tenía razón, y no tardan ni una noche en seducir a unas chicas realmente hermosas.

A partir de aquí todo cambia y lo que eran unas vacaciones de ensueño se convierte en una pesadilla sin poder despertar. Malos presentimientos y desapariciones extrañas invitan a pensar a los protagonistas que algo aciago se está cociendo en el hostal.

¿Por dónde empezamos?
“Hostel” se convirtió en una de las películas más relevantes y a la vez más controvertidas del año al ser catalogada por algunos como demasiado violenta y con un salvajismo excesivo. Escenas tan atroces como tajos a los tendones de Aquiles, taladrazos en las piernas o tijeretadas en el ojo, hicieron que a mucha gente le disgustara la cinta y no dudaran en promocionar su repugnancia hacia este título.

Además, las salvajadas de la película no hicieron nada de gracia en Eslovaquia, país donde se desenvuelve la mayor parte de la historia, ya que se quejaron de que por culpa de esta película la gente extranjera tendría miedo de ser asesinada si viajaba al país. Los eslovacos también lamentaron la imagen de subdesarrollo, pobreza, criminalidad, incultura y prostitución que se muestra en la cinta.

No obstante, y hablando de la película en sí, podemos atestiguar que se trata de una película de “terror” de verdad, es decir, el “terror” no es solamente una etiqueta para clasificarla, sino que es la sensación que transmite la historia. Sin utilizar alienígenas, fantasmas, zombies o vampiros, el film consigue transmitir un miedo y un suspense que solo el peor monstruo de todos podría conseguir: el ser humano.

Las escenas psicóticas donde los torturadores se hacen pasar por el Dr. Frankenstein hacen que se hiele la sangre de quien lo vea y hacen reflexionar sobre la perversidad y maldad que puede llegar a mostrar el hombre.

En cuanto a la trama, la actuación desinhibida de los actores consigue que la historia pudiera pasar por aquellas historias de “cuando éramos jóvenes y desenfadados”, y este hecho le da un realismo a la historia que cuando empiezan a ir mal las cosas, los pelos se ponen inmediatamente de punta. 

Con el éxito alcanzado por esta cinta, dos años después se estrenó "Hostel: Part II" (2007), la cual no obtuvo ni mucho menos el mismo éxito en taquilla que la primera parte. También está por estrenarse la tercera parte de la saga, película en la que no participaría Eli Roth y que transcurriría en Estados Unidos durante una despedida de soltero.

LO MEJOR: El suspense y la agonía que transmite la película y las torturas

LO PEOR: la mala imagen de Eslovaquia en general


TÍTULO ORIGINALHostel
AÑO2005
PAÍSEstados Unidos
DURACIÓN95 minutos
DIRECCIÓNEli Roth
GUIÓNEli Roth
REPARTOJay Hernandez, Derek Richardson, Eythor Gudjonsson, Barbara Nedeljakova, Jennifer Lim, Keiko Seiko, Lubomir Bukovy, Jana Havlickova, Philip Waley, Christopher Allen Nelson, Samantha Jordanova, Takashi Miike y Eli Roth

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viernes, 10 de junio de 2011

“DOG SOLDIERS” (2002): Ricitos de Oro y los Tres Ositos (versión +18)


“¿Quién osa comerse mi cena y dormir en mi cama?”

Antes de ganarse el respeto en el cine de terror con películas como “The Descent” (2005) o “Doomsday” (2008), el director y guionista Neil Marshall debutó en su primer largometraje con “Dog Soldiers”, en el año 2002. El film fue muy bien recibido en Sitges y fue premiado en los festivales de Bruselas y Luxemburgo, y además tuvo un éxito inesperado en taquilla.

La película nos muestra como un pelotón del ejército británico tiene que defenderse del ataque constante de una familia de licántropos en una casa aislada en los frondosos bosques de Escocia. Además, dicha casa parece ser la morada habitual de estos seres peludos.

Un grupo de soldados ingleses comandados por el sargento Wells (Sean Pertwee) y el soldado raso Cooper (Kevin McKidd), inician una misión de entrenamiento por los remotos bosques de Escocia. Todo transcurre con relativa normalidad hasta que encuentran malherido al capitán Ryan de las Fuerzas Especiales (Liam Cunningham), quien asegura, en un estado semi-chiflado, que toda su tropa ha sido despedazada por unos seres descomunalmente sanguinolentos.

Poco después oyen unos aullidos estremecedores y comienzan a ser perseguidos por una especie de lobos bípedos que tienen la pinta de tener mucha hambre. Por suerte, antes de ser alcanzados son rescatados por la zoóloga de la zona, Megan (Emma Cleasby), quien los lleva con su ranchera hacia el único lugar seguro (a priori) en cientos de kilómetros.

La tropa del sargento Wells
Esta película se convirtió en poco tiempo en una de las más amenas y atractivas de los últimos años en la categoría de hombres lobo, pese a acercarse más a la Serie B. No por el presupuesto, ni por el guión, ni los efectos especiales, ni tan siquiera por el miedo. No termina de destacar en nada pero posee algo de todo.

Con los sustos justos y sangre copiosa, la historia consigue meternos en la película a base de diálogos entretenidos y personajes con una pizca de fondo (de esos que cuando los descuartizan te dices: “pobre, me caía bien”). También es acertado el tono de oscuridad que perdura en toda la cinta y los cambios a “visión canina”, que te hacen descansar de los largos ratos que los protagonistas pasan encerrados en la casa.

Asimismo, el film tiene pequeñas pinceladas de humor y secuencias que te hacen reír de lo absurdas que son. Por ejemplo, es muy curioso que una persona a la que se le están cayendo las tripas pueda esprintar sujetándoselas con la mano y, además, que le vuelvan a juntar la barriga con super glue (desconozco si esto se ha hecho alguna vez, pero es bastante curioso).

Al parecer se está maquinando una segunda parte de la historia, que empezaría justo tras acabar la primera y que en principio tendría cambio de director y guionista.

Para acabar, hay una pregunta que me ronda por la sesera desde que pude ver la película: ¿Qué hubiera hecho Neil Marshall con el presupuesto de “El Hombre Lobo” (2010)?

LO MEJOR: Los bichos, la sangre y los toques de humor

LO PEOR: la trama en si es bastante sosa


TÍTULO ORIGINALDog Soldiers
AÑO2002
PAÍSReino Unido
DURACIÓN105 minutos
DIRECCIÓNNeil Marshall
GUIÓNNeil Marshall
REPARTOSean Pertwee, Kevin McKidd, Emma Cleasby, Liam Cunningham, Thomas Lockyer, Darren Morfitt, Chris Robson y Leslie Simpson

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miércoles, 8 de junio de 2011

“BIENVENIDOS A ZOMBIELAND” (2009): un chiste de zombies


Si en 2004 nos desternillamos de risa cuando pudimos ver por primera vez “Shaun of the Dead” con Simon Pegg y compañía, cinco años después pudimos volver a deleitarnos con otra película del género zombie-guasa titulada “Bienvenidos a Zombieland”, dirigida por Ruben Fleischer y protagonizada por Jesse Eisenberg (“The Social Network”), Woody Harrelson (“Transsiberian”) y Emma Stone (“Rumores y Mentiras”).

Con un presupuesto de unos 24 millones de dólares, esta cinta se convirtió en la más taquillera de la historia en Estados Unidos en la categoría de muertos vivientes, con una recaudación de más de 60 millones, superando a “Dawn of the Dead” (2004), remake de la película de George A. Romero de 1978. Además, fue la ganadora del Gran Premio del Público en el Festival de Cine Fantástico de Sitges.

La película empieza cuando Columbus (Jesse Eisenberg), un joven con ansiedad crónica y problemas de vientre, inicia la narración de la historia particular de su vida desde el comienzo de una epidemia de zombies que ha arrasado todo el mundo en pocas semanas.

Cuando a Columbus se le avería el coche, se encuentra en medio de una autopista a Tallahassee (Woody Harrelson), un hombre perturbado y reconvertido en asesino machaca-caníbales cuyo objetivo en la vida es comerse un Twinkie (un pastelito americano) antes de que lleguen a su fecha de caducidad. Juntos emprenden un viaje hacia el oeste del país con el fin de encontrar un lugar libre de esta plaga.

Por el camino tropezarán con Wichita (Emma Stone) y su hermanita pequeña Little Rock (Abigail Breslin), quienes llevan parte de su vida subsistiendo a base de timos ingeniosos y confiando solamente en ellas mismas.

Para sobrevivir, los cuatro protagonistas deberán definir si quieren seguir viviendo tristemente y solos contra los difuntos fétidos, o arriesgarse a confiar los unos con los otros.

"La primera vez que meto una chica en mi vida, y casi me come"
Después de los primeros 4 o 5 minutos de película, ya vale la pena haberla visto simplemente por los espectaculares títulos de crédito, donde se nos muestran escenas de persecuciones zombie con sangre, vísceras, y el pánico reflejado en las caras de los futuros ex-humanos. Todo ello presentado a través de un sobrecogedor slow motion.

Sin querer hacer muchas comparaciones con “Shaun of the Dead”, hay algunas diferencias evidentes para quienes crean que son más o menos lo mismo. De entrada, del humor negro-anglosajón de la película inglesa pasamos a las risas fáciles pero agudas de la americana (con fácil no me refiero a cutre). Los zombies de Londres son zombies Romerianos, es decir, no corren y están bien muertos. En cambio, los de Zombieland son atletas rabiosos e infectados a lo “28 Días Después” (2002). Asimismo, los protagonistas de “Shaun of the Dead” van andando y con un palo de cricket, y los de “Bienvenidos a Zombieland” viajan con rancheras y van armados con metralletas, rifles, pistolas y machetes (vamos, que son norteamericanos).

Cuidado con los baños
El film está repleto de gags ingeniosos que provocan un estado de hilaridad continuo. También le dan chispa las frases que sueltan algunos personajes (como ”la primera vez que meto una chica en mi vida, y casi me come”), y también el manual de supervivencia de Columbus, el cual tiene algunos puntos como tener buen cardio, mata y remata o cuidado con los baños.

El hecho de recrearse tanto en el humor, en cambio, hizo que el director se olvidara a media película de darle más solidez a la historia principal, y solo el factor “chistes, frases ocurrentes, matanza de zombies y el cameo estelar de Bill Murray”, hacen que se llegue al final de la película con frescura y con buen sabor de boca.

Sin duda, y aunque sea en plan de mofa, en esta cinta encontramos una de las mejores películas de no-muertos de los últimos años. Tanto ha sido el éxito que hay el rumor sobre una posible segunda parte en 3D y, si fuera por los guionistas,crearían una franquicia que hiciera perdurar este título muchos años

LO MEJOR: el humor, los zombies, los efectos especiales y el slow motion inicial

LO PEOR: la trama empieza bien y a medio camino los autores se duermen


TÍTULO ORIGINALZombieland
AÑO2009
PAÍSEstados Unidos
DURACIÓN85 minutos
DIRECCIÓNRuben Fleischer
GUIÓNPaul Wernick y Rhett Reese
REPARTOJesse Eisenberg, Woody Harrelson, Emma Stone, Abigail Breslin, Amber Heard y Bill Murray

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martes, 7 de junio de 2011

“LA POSESIÓN DE EMMA EVANS” (2010): El Diablo viste de Quiksilver


El pasado festival de Sitges fue el escenario de la presentación de una película española sobre una posesión demoníaca, “La Posesión de Emma Evans”, también conocida con el nombre de “Exorcismus”. Su director es Manuel Carballo, y cuenta con actores como Sophie Vavasseur (“Resident Evil 2: Apocalipsis”) y Stephen Billington (“Resident Evil”).

La cinta está rodada de forma que parezca que hay un tío medio espasmódico con una cámara grabándolo todo (vamos, que se intentó parecer a un documental). La historia transcurre en Londres pero muchas de las escenas se grabaron en Barcelona.

Una adolescente rebelde y problemática de quince años llamada Emma Evans (Sophie Vavasseur), decide intentar liberarse del “ahogo” de sus padres usando unos métodos oscuros y poco tradicionales. Al cabo de poco tiempo empieza a notar que cosas extrañas empiezan a suceder entorno a ella, como las pequeñas lagunas mentales o las voces dentro de su cabeza.


Cuando sus padres se dan cuenta de que el comportamiento de Emma no es ninguna chiquillada propia de su edad, piden ayuda a Christopher (Stephen Billington), hermano de la madre y cura inhabilitado. Emma tendrá que vivir con su “problema” hasta que su tío encuentre un remedio.

Cuando en menos de cinco minutos de película te muestran una escena sin justificación (más tarde te la dan) donde Emma se raja la mano con un cristal, otra que le viene un ataque epiléptico y otra donde se conoce que su tío Christopher es un cura al que han apartado por su conducta, cualquier forma de introducir en la historia al diablo y su posesión pierde todo encanto y no hay factor sorpresa que valga. Desde el inicio de la cinta ya sabes por donde irán los tiros y qué papel jugará cada personaje en la historia.

Christopher (Stephen Billington) enfrentándose al mal
A partir de ahí, la gracia de la película solo reside en intentar pasar un rato con algún que otro susto (sin llegar a pasar miedo),  en saber cuanta gente va a morir y qué le va a pasar a su protagonista que, cuando empieza a estar deteriorada, más que una poseída parece una víctima de Mike Tyson. Por lo que respecta a la historia en si, se trata de la típica en estas películas: posesión, exorcismo y final.

Al menos contamos con algunas escenas en las que el demonio sale a la luz que dan algún que otro escalofrío y están muy bien realizadas, tanto por la actriz como por el maquillaje y los planos. Tengo que mencionar, pero, que hay alguna escena que roza el ridículo como aquella secuencia absurda donde el gran acto de maldad del anticristo es lanzarle la pelota lejos a un niño (¡uuh qué malvado soy!).

Además, tampoco tiene mucho sentido la manera en la cual se trata una posesión demoníaca y violenta, ya que no es lógico que una chica que lleva un diablo asesino dentro la dejen pasear por el pueblo y por la casa sin atarla ni vigilarla, y más sabiendo que el demonio aparece cuando se le antoja.

Un acierto del director fue la inserción de algunas imágenes y escenas mientras se está explicando alguna historia, cosa que le da más expresividad y no requiere de grandes diálogos. Pero en mi opinión, se les fue un poco la mano y en más de una ocasión nos tenemos que zampar escenas que cuando empiezas a asimilar que te las han puesto ya han acabado, y no hemos tenido tiempo para entenderlas.

LO MEJOR: el tono de normalidad o de documental y las escenas siniestras

LO PEOR: las escenas sin sentido, el inexistente terror y alguna escena ridícula


TÍTULO ORIGINALLa Posesión de Emma Evans (Exorcismus)
AÑO2010
PAÍSEspaña
DURACIÓN100 minutos
DIRECCIÓNManuel Carballo
GUIÓNDavid Muñoz
REPARTOSophie Vavasseur, Stephen Billington, Lazzaro E. Oertli Ortiz, Richard Felix, Jo-Anne Stockham, Doug Bradley, Tommy Bastow y Isamaya Ffrench

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