Esta vez no fueron licántropos, sino una especie de homínidos caníbales que, según se entiende en la historia, eran hombres de las cavernas que decidieron evolucionar en las cuevas en lugar del aire libre, hecho que los convirtió en unos goblins de “El Señor de los Anillos” pero ciegos y albinos.
Con unos 5 millones de dólares de presupuesto, la película obtuvo más de 50 millones de recaudación mundial y, además, le sirvió a Neil Marshall para consolidarse en el cine de terror y para obtener más éxito aún que su predecesora.
Tras la experiencia traumática que supuso la muerte de su marido y su hija, Sarah (Shauna MacDonald) decide, un año después, comprobar si ha conseguido superarlo. Para hacerlo, se reúne con sus amigas en los páramos de los Montes Apalaches (Estados Unidos) con la intención de vivir una aventura practicando una jornada de espeleología.
Juno (Natalie Mendoza) encabeza la expedición |
Pero quedarse atrapadas en una caverna no será su principal problema. Con su incursión en la cueva, han llamado la atención de unos habitantes que, al parecer, llevan mucho tiempo viviendo en la oscuridad.
Mi tesoro... |
¿Qué es, por antonomasia, el ejemplo de miedo? La oscuridad.
¿Cuál es el lugar más oscuro del planeta? Una caverna subterránea.
¿Qué es peor que una caverna subterránea? La misma, pero con alimañas humanas y con ganas de masticarte.
La angustia que produce la situación de estar atrapado en una cueva estrecha y sin oxígeno, produce una sensación de claustrofobia que no mengua hasta al cabo de unos minutos cuando te has acostumbrado (en mi caso menguó solo un poco). Y cuando empiezas a acostumbrarte a estar bajo tierra, de la nada aparecen esos “bichos” que hacen que la película no aburra y le dan un aire muy fresco en un sitio donde esto es precisamente lo que falta.
La primera vez que se ve a la fiera carnívora, parece que en cualquier momento va a decir: ¡mi tesoro…! Pero en el momento que empieza a mostrar como es realmente, nuestro querido amigo de la Tierra Media se convierte en un suave conejito de peluche. El trabajo final de los “rondadores” es espeluznante y se consigue plasmar magníficamente como sería una persona que llevara miles y miles de años allí.
Además del miedo y los inquilinos de la cueva, y al igual que pasaba en “Dog Soldiers”, la trama consigue meterte en la película y los actores (en este caso actrices) logran estampar el miedo para que la cinta sea realista. Además hay un argumento de transfondo que ayuda a darle un sentido a toda la historia.
También se tiene que añadir que hay dosis suficientes de escenas de sangre y vísceras que complacerán a los más exigentes, y aumentarán la crudeza con la que se muestra esta cacería subterránea. Especial mención a la escena que se graba con la visión nocturna de una cámara, y que se asimila a un documental de National Geographic mostrando unos leones devorando una zebra.
TÍTULO ORIGINAL | The Descent |
AÑO | 2005 |
PAÍS | Reino Unido |
DURACIÓN | 100 minutos |
DIRECCIÓN | Neil Marshall |
GUIÓN | Neil Marshall |
REPARTO | Shauna MacDonald, Natalie Mendoza, Alex Reid, Saskia Mulder, Nora-Jane Noone, MyAnna Buring, Oliver Milburn, Molly Kayll, Craig Conway |
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