"THE DESCENT" (2005): Gollum no vive solo

El director y guionista Neil Marshall siguió con la tónica de crear una historia donde sus protagonistas estuvieran acorralados por unos cuantos come-humanos.

"HOSTEL" (2005): ¡Visita Eslovaquia!

'Hostel' nos muestra las accidentadas vacaciones de unos estudiantes norteamericanos que se van a sumergir en una historia de sexo, drogas, rock ‘n’ roll y gore.

"DOG SOLDIERS" (2002): Ricitos de Oro y los Tres ositos (versión +18)

Antes de ganarse el respeto en el cine de terror con películas como “The Descent” (2005) o “Doomsday” (2008), el director y guionista Neil Marshall debutó en su primer largometraje con “Dog Soldiers”.

"BIENVENIDOS A ZOMBIELAND" (2009): un chiste de zombies

Con un presupuesto de unos 24 millones de dólares, esta cinta se convirtió en la más taquillera de la historia en Estados Unidos en la categoría de muertos vivientes.

"LA POSESIÓN DE EMMA EVANS" (2010): El Diablo viste de Quiksilver

El pasado festival de Sitges fue el escenario de la presentación de una película española sobre una posesión demoníaca, 'La Posesión de Emma Evans'.

"EL HOMBRE LOBO" (2010): aprobado por los "pelos"

El público amante del terror en general, y de los licántropos en particular, esperaba el anuncio del estreno de una película de hombres lobo que pudiera satisfacer a los más inconformistas.

"SHUTTER ISLAND" (2010): estar cuerdo es una locura

En el año 2010 se estrenó la película “Shutter Island”, una adaptación de la novela homónima del escritor Dennis Lehane.

viernes, 17 de junio de 2011

“THE DESCENT” (2005): Gollum no vive solo


Después del inesperado éxito de “Dog Soldiers” (2002), el director y guionista Neil Marshall siguió con la tónica de crear una historia donde sus protagonistas estuvieran acorralados por unos cuantos come-humanos, y en 2005 estrenó “The Descent”.

Esta vez no fueron licántropos, sino una especie de homínidos caníbales que, según se entiende en la historia, eran hombres de las cavernas que decidieron evolucionar en las cuevas en lugar del aire libre, hecho que los convirtió en unos goblins de “El Señor de los Anillos” pero ciegos y albinos.

Con unos 5 millones de dólares de presupuesto, la película obtuvo más de 50 millones de recaudación mundial y, además, le sirvió a Neil Marshall para consolidarse en el cine de terror y para obtener más éxito aún que su predecesora.

Tras la experiencia traumática que supuso la muerte de su marido y su hija, Sarah (Shauna MacDonald) decide, un año después, comprobar si ha conseguido superarlo. Para hacerlo, se reúne con sus amigas en los páramos de los Montes Apalaches (Estados Unidos) con la intención de vivir una aventura practicando una jornada de espeleología.


Juno (Natalie Mendoza) encabeza la expedición
Juno (Natalie Mendoza) será la encargada de organizarlo todo y preparar la ruta a seguir a través de una guía. Una vez en la cueva, hay un desprendimiento de rocas y las chicas quedan atrapadas en la cueva. Es entonces cuando descubren que Juno les ha mentido y, sin decírselo, les ha llevado a una gruta que nunca ha sido explorada y que no aparece en ninguna guía, con la intención de poder ser sus descubridoras y tener el honor de bautizarla.


Pero quedarse atrapadas en una caverna no será su principal problema. Con su incursión en la cueva, han llamado la atención de unos habitantes que, al parecer, llevan mucho tiempo viviendo en la oscuridad.

Mi tesoro...
Pese a parecer una idea simplona, el hecho de que unas chicas intrépidas quedasen atrapadas en unas cuevas subterráneas en total oscuridad, hizo que la película lograra el punto de miedo calibrado para poder decir sin tapujos que se trata de un gran film de terror y uno de los mejores de su año.

¿Qué es, por antonomasia, el ejemplo de miedo? La oscuridad.

¿Cuál es el lugar más oscuro del planeta? Una caverna subterránea.

¿Qué es peor que una caverna subterránea? La misma, pero con alimañas humanas y con ganas de masticarte.

 La angustia que produce la situación de estar atrapado en una cueva estrecha y sin oxígeno,  produce una sensación de claustrofobia que no mengua hasta al cabo de unos minutos cuando te has acostumbrado (en mi caso menguó solo un poco). Y cuando empiezas a acostumbrarte a estar bajo tierra, de la nada aparecen esos “bichos” que hacen que la película no aburra y le dan un aire muy fresco en un sitio donde esto es precisamente lo que falta.

La primera vez que se ve a la fiera carnívora, parece que en cualquier momento va a decir: ¡mi tesoro…! Pero en el momento que empieza a mostrar como es realmente, nuestro querido amigo de la Tierra Media se convierte en un suave conejito de peluche. El trabajo final de los “rondadores” es espeluznante y se consigue plasmar magníficamente como sería una persona que llevara miles y miles de años allí.

Además del miedo y los inquilinos de la cueva, y al igual que pasaba en “Dog Soldiers”, la trama consigue meterte en la película y los actores (en este caso actrices) logran estampar el miedo para que la cinta sea realista. Además hay un argumento de transfondo que ayuda a darle un sentido a toda la historia.

También se tiene que añadir que hay dosis suficientes de escenas de sangre y vísceras que complacerán a los más exigentes, y aumentarán la crudeza con la que se muestra esta cacería subterránea. Especial mención a la escena que se graba con la visión nocturna de una cámara, y que se asimila a un documental de National Geographic mostrando unos leones devorando una zebra.

LO MEJOR: el manejo de la oscuridad y los seres que viven en ella

LO PEOR: algún personaje está para rellenar y el final puede confundir


TÍTULO ORIGINALThe Descent
AÑO2005
PAÍSReino Unido
DURACIÓN100 minutos
DIRECCIÓNNeil Marshall
GUIÓNNeil Marshall
REPARTOShauna MacDonald, Natalie Mendoza, Alex Reid, Saskia Mulder, Nora-Jane Noone, MyAnna Buring, Oliver Milburn, Molly Kayll, Craig Conway

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lunes, 13 de junio de 2011

"HOSTEL" (2005): ¡Visita Eslovaquia!


Cuando Quentin Tarantino participa en una película, es indudable que ésta va a estar en boca de todos en un santiamén. Esta vez, el aclamado director colaboró con el guión y fue coproductor de una película escrita y dirigida por Eli Roth (Cabin Fever, 2002).

“Hostel” (2005), que fue rodada en la República Checa, consiguió una recaudación de 80 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto inicial de casi 5 millones. La película nos muestra las accidentadas vacaciones de unos estudiantes norteamericanos que se van a sumergir en una historia de sexo, drogas, rock ‘n’ roll y gore.

Dos jóvenes americanos, Paxton (Jay Hernandez) y Josh (Derek Richardson), están de ruta por Europa con la principal misión de tener sexo con el mayor número de chicas posible. Durante el viaje, conocen a Óli (Eythor Gudjonsson), un islandés que se une a la aventura.

Ya en Amsterdam, el grupo conoce a un chico medio colocado que asegura conocer el lugar europeo donde es más fácil ligar con preciosas y espectaculares jóvenes de manera gratuita: un hostal situado en Eslovaquia. Los chicos no se lo piensan ni un segundo y deciden ubicar una nueva parada en su periplo europeo.

Una vez en el hostal, descubren que el jovencito yonqui de la capital holandesa tenía razón, y no tardan ni una noche en seducir a unas chicas realmente hermosas.

A partir de aquí todo cambia y lo que eran unas vacaciones de ensueño se convierte en una pesadilla sin poder despertar. Malos presentimientos y desapariciones extrañas invitan a pensar a los protagonistas que algo aciago se está cociendo en el hostal.

¿Por dónde empezamos?
“Hostel” se convirtió en una de las películas más relevantes y a la vez más controvertidas del año al ser catalogada por algunos como demasiado violenta y con un salvajismo excesivo. Escenas tan atroces como tajos a los tendones de Aquiles, taladrazos en las piernas o tijeretadas en el ojo, hicieron que a mucha gente le disgustara la cinta y no dudaran en promocionar su repugnancia hacia este título.

Además, las salvajadas de la película no hicieron nada de gracia en Eslovaquia, país donde se desenvuelve la mayor parte de la historia, ya que se quejaron de que por culpa de esta película la gente extranjera tendría miedo de ser asesinada si viajaba al país. Los eslovacos también lamentaron la imagen de subdesarrollo, pobreza, criminalidad, incultura y prostitución que se muestra en la cinta.

No obstante, y hablando de la película en sí, podemos atestiguar que se trata de una película de “terror” de verdad, es decir, el “terror” no es solamente una etiqueta para clasificarla, sino que es la sensación que transmite la historia. Sin utilizar alienígenas, fantasmas, zombies o vampiros, el film consigue transmitir un miedo y un suspense que solo el peor monstruo de todos podría conseguir: el ser humano.

Las escenas psicóticas donde los torturadores se hacen pasar por el Dr. Frankenstein hacen que se hiele la sangre de quien lo vea y hacen reflexionar sobre la perversidad y maldad que puede llegar a mostrar el hombre.

En cuanto a la trama, la actuación desinhibida de los actores consigue que la historia pudiera pasar por aquellas historias de “cuando éramos jóvenes y desenfadados”, y este hecho le da un realismo a la historia que cuando empiezan a ir mal las cosas, los pelos se ponen inmediatamente de punta. 

Con el éxito alcanzado por esta cinta, dos años después se estrenó "Hostel: Part II" (2007), la cual no obtuvo ni mucho menos el mismo éxito en taquilla que la primera parte. También está por estrenarse la tercera parte de la saga, película en la que no participaría Eli Roth y que transcurriría en Estados Unidos durante una despedida de soltero.

LO MEJOR: El suspense y la agonía que transmite la película y las torturas

LO PEOR: la mala imagen de Eslovaquia en general


TÍTULO ORIGINALHostel
AÑO2005
PAÍSEstados Unidos
DURACIÓN95 minutos
DIRECCIÓNEli Roth
GUIÓNEli Roth
REPARTOJay Hernandez, Derek Richardson, Eythor Gudjonsson, Barbara Nedeljakova, Jennifer Lim, Keiko Seiko, Lubomir Bukovy, Jana Havlickova, Philip Waley, Christopher Allen Nelson, Samantha Jordanova, Takashi Miike y Eli Roth

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viernes, 10 de junio de 2011

“DOG SOLDIERS” (2002): Ricitos de Oro y los Tres Ositos (versión +18)


“¿Quién osa comerse mi cena y dormir en mi cama?”

Antes de ganarse el respeto en el cine de terror con películas como “The Descent” (2005) o “Doomsday” (2008), el director y guionista Neil Marshall debutó en su primer largometraje con “Dog Soldiers”, en el año 2002. El film fue muy bien recibido en Sitges y fue premiado en los festivales de Bruselas y Luxemburgo, y además tuvo un éxito inesperado en taquilla.

La película nos muestra como un pelotón del ejército británico tiene que defenderse del ataque constante de una familia de licántropos en una casa aislada en los frondosos bosques de Escocia. Además, dicha casa parece ser la morada habitual de estos seres peludos.

Un grupo de soldados ingleses comandados por el sargento Wells (Sean Pertwee) y el soldado raso Cooper (Kevin McKidd), inician una misión de entrenamiento por los remotos bosques de Escocia. Todo transcurre con relativa normalidad hasta que encuentran malherido al capitán Ryan de las Fuerzas Especiales (Liam Cunningham), quien asegura, en un estado semi-chiflado, que toda su tropa ha sido despedazada por unos seres descomunalmente sanguinolentos.

Poco después oyen unos aullidos estremecedores y comienzan a ser perseguidos por una especie de lobos bípedos que tienen la pinta de tener mucha hambre. Por suerte, antes de ser alcanzados son rescatados por la zoóloga de la zona, Megan (Emma Cleasby), quien los lleva con su ranchera hacia el único lugar seguro (a priori) en cientos de kilómetros.

La tropa del sargento Wells
Esta película se convirtió en poco tiempo en una de las más amenas y atractivas de los últimos años en la categoría de hombres lobo, pese a acercarse más a la Serie B. No por el presupuesto, ni por el guión, ni los efectos especiales, ni tan siquiera por el miedo. No termina de destacar en nada pero posee algo de todo.

Con los sustos justos y sangre copiosa, la historia consigue meternos en la película a base de diálogos entretenidos y personajes con una pizca de fondo (de esos que cuando los descuartizan te dices: “pobre, me caía bien”). También es acertado el tono de oscuridad que perdura en toda la cinta y los cambios a “visión canina”, que te hacen descansar de los largos ratos que los protagonistas pasan encerrados en la casa.

Asimismo, el film tiene pequeñas pinceladas de humor y secuencias que te hacen reír de lo absurdas que son. Por ejemplo, es muy curioso que una persona a la que se le están cayendo las tripas pueda esprintar sujetándoselas con la mano y, además, que le vuelvan a juntar la barriga con super glue (desconozco si esto se ha hecho alguna vez, pero es bastante curioso).

Al parecer se está maquinando una segunda parte de la historia, que empezaría justo tras acabar la primera y que en principio tendría cambio de director y guionista.

Para acabar, hay una pregunta que me ronda por la sesera desde que pude ver la película: ¿Qué hubiera hecho Neil Marshall con el presupuesto de “El Hombre Lobo” (2010)?

LO MEJOR: Los bichos, la sangre y los toques de humor

LO PEOR: la trama en si es bastante sosa


TÍTULO ORIGINALDog Soldiers
AÑO2002
PAÍSReino Unido
DURACIÓN105 minutos
DIRECCIÓNNeil Marshall
GUIÓNNeil Marshall
REPARTOSean Pertwee, Kevin McKidd, Emma Cleasby, Liam Cunningham, Thomas Lockyer, Darren Morfitt, Chris Robson y Leslie Simpson

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miércoles, 8 de junio de 2011

“BIENVENIDOS A ZOMBIELAND” (2009): un chiste de zombies


Si en 2004 nos desternillamos de risa cuando pudimos ver por primera vez “Shaun of the Dead” con Simon Pegg y compañía, cinco años después pudimos volver a deleitarnos con otra película del género zombie-guasa titulada “Bienvenidos a Zombieland”, dirigida por Ruben Fleischer y protagonizada por Jesse Eisenberg (“The Social Network”), Woody Harrelson (“Transsiberian”) y Emma Stone (“Rumores y Mentiras”).

Con un presupuesto de unos 24 millones de dólares, esta cinta se convirtió en la más taquillera de la historia en Estados Unidos en la categoría de muertos vivientes, con una recaudación de más de 60 millones, superando a “Dawn of the Dead” (2004), remake de la película de George A. Romero de 1978. Además, fue la ganadora del Gran Premio del Público en el Festival de Cine Fantástico de Sitges.

La película empieza cuando Columbus (Jesse Eisenberg), un joven con ansiedad crónica y problemas de vientre, inicia la narración de la historia particular de su vida desde el comienzo de una epidemia de zombies que ha arrasado todo el mundo en pocas semanas.

Cuando a Columbus se le avería el coche, se encuentra en medio de una autopista a Tallahassee (Woody Harrelson), un hombre perturbado y reconvertido en asesino machaca-caníbales cuyo objetivo en la vida es comerse un Twinkie (un pastelito americano) antes de que lleguen a su fecha de caducidad. Juntos emprenden un viaje hacia el oeste del país con el fin de encontrar un lugar libre de esta plaga.

Por el camino tropezarán con Wichita (Emma Stone) y su hermanita pequeña Little Rock (Abigail Breslin), quienes llevan parte de su vida subsistiendo a base de timos ingeniosos y confiando solamente en ellas mismas.

Para sobrevivir, los cuatro protagonistas deberán definir si quieren seguir viviendo tristemente y solos contra los difuntos fétidos, o arriesgarse a confiar los unos con los otros.

"La primera vez que meto una chica en mi vida, y casi me come"
Después de los primeros 4 o 5 minutos de película, ya vale la pena haberla visto simplemente por los espectaculares títulos de crédito, donde se nos muestran escenas de persecuciones zombie con sangre, vísceras, y el pánico reflejado en las caras de los futuros ex-humanos. Todo ello presentado a través de un sobrecogedor slow motion.

Sin querer hacer muchas comparaciones con “Shaun of the Dead”, hay algunas diferencias evidentes para quienes crean que son más o menos lo mismo. De entrada, del humor negro-anglosajón de la película inglesa pasamos a las risas fáciles pero agudas de la americana (con fácil no me refiero a cutre). Los zombies de Londres son zombies Romerianos, es decir, no corren y están bien muertos. En cambio, los de Zombieland son atletas rabiosos e infectados a lo “28 Días Después” (2002). Asimismo, los protagonistas de “Shaun of the Dead” van andando y con un palo de cricket, y los de “Bienvenidos a Zombieland” viajan con rancheras y van armados con metralletas, rifles, pistolas y machetes (vamos, que son norteamericanos).

Cuidado con los baños
El film está repleto de gags ingeniosos que provocan un estado de hilaridad continuo. También le dan chispa las frases que sueltan algunos personajes (como ”la primera vez que meto una chica en mi vida, y casi me come”), y también el manual de supervivencia de Columbus, el cual tiene algunos puntos como tener buen cardio, mata y remata o cuidado con los baños.

El hecho de recrearse tanto en el humor, en cambio, hizo que el director se olvidara a media película de darle más solidez a la historia principal, y solo el factor “chistes, frases ocurrentes, matanza de zombies y el cameo estelar de Bill Murray”, hacen que se llegue al final de la película con frescura y con buen sabor de boca.

Sin duda, y aunque sea en plan de mofa, en esta cinta encontramos una de las mejores películas de no-muertos de los últimos años. Tanto ha sido el éxito que hay el rumor sobre una posible segunda parte en 3D y, si fuera por los guionistas,crearían una franquicia que hiciera perdurar este título muchos años

LO MEJOR: el humor, los zombies, los efectos especiales y el slow motion inicial

LO PEOR: la trama empieza bien y a medio camino los autores se duermen


TÍTULO ORIGINALZombieland
AÑO2009
PAÍSEstados Unidos
DURACIÓN85 minutos
DIRECCIÓNRuben Fleischer
GUIÓNPaul Wernick y Rhett Reese
REPARTOJesse Eisenberg, Woody Harrelson, Emma Stone, Abigail Breslin, Amber Heard y Bill Murray

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martes, 7 de junio de 2011

“LA POSESIÓN DE EMMA EVANS” (2010): El Diablo viste de Quiksilver


El pasado festival de Sitges fue el escenario de la presentación de una película española sobre una posesión demoníaca, “La Posesión de Emma Evans”, también conocida con el nombre de “Exorcismus”. Su director es Manuel Carballo, y cuenta con actores como Sophie Vavasseur (“Resident Evil 2: Apocalipsis”) y Stephen Billington (“Resident Evil”).

La cinta está rodada de forma que parezca que hay un tío medio espasmódico con una cámara grabándolo todo (vamos, que se intentó parecer a un documental). La historia transcurre en Londres pero muchas de las escenas se grabaron en Barcelona.

Una adolescente rebelde y problemática de quince años llamada Emma Evans (Sophie Vavasseur), decide intentar liberarse del “ahogo” de sus padres usando unos métodos oscuros y poco tradicionales. Al cabo de poco tiempo empieza a notar que cosas extrañas empiezan a suceder entorno a ella, como las pequeñas lagunas mentales o las voces dentro de su cabeza.


Cuando sus padres se dan cuenta de que el comportamiento de Emma no es ninguna chiquillada propia de su edad, piden ayuda a Christopher (Stephen Billington), hermano de la madre y cura inhabilitado. Emma tendrá que vivir con su “problema” hasta que su tío encuentre un remedio.

Cuando en menos de cinco minutos de película te muestran una escena sin justificación (más tarde te la dan) donde Emma se raja la mano con un cristal, otra que le viene un ataque epiléptico y otra donde se conoce que su tío Christopher es un cura al que han apartado por su conducta, cualquier forma de introducir en la historia al diablo y su posesión pierde todo encanto y no hay factor sorpresa que valga. Desde el inicio de la cinta ya sabes por donde irán los tiros y qué papel jugará cada personaje en la historia.

Christopher (Stephen Billington) enfrentándose al mal
A partir de ahí, la gracia de la película solo reside en intentar pasar un rato con algún que otro susto (sin llegar a pasar miedo),  en saber cuanta gente va a morir y qué le va a pasar a su protagonista que, cuando empieza a estar deteriorada, más que una poseída parece una víctima de Mike Tyson. Por lo que respecta a la historia en si, se trata de la típica en estas películas: posesión, exorcismo y final.

Al menos contamos con algunas escenas en las que el demonio sale a la luz que dan algún que otro escalofrío y están muy bien realizadas, tanto por la actriz como por el maquillaje y los planos. Tengo que mencionar, pero, que hay alguna escena que roza el ridículo como aquella secuencia absurda donde el gran acto de maldad del anticristo es lanzarle la pelota lejos a un niño (¡uuh qué malvado soy!).

Además, tampoco tiene mucho sentido la manera en la cual se trata una posesión demoníaca y violenta, ya que no es lógico que una chica que lleva un diablo asesino dentro la dejen pasear por el pueblo y por la casa sin atarla ni vigilarla, y más sabiendo que el demonio aparece cuando se le antoja.

Un acierto del director fue la inserción de algunas imágenes y escenas mientras se está explicando alguna historia, cosa que le da más expresividad y no requiere de grandes diálogos. Pero en mi opinión, se les fue un poco la mano y en más de una ocasión nos tenemos que zampar escenas que cuando empiezas a asimilar que te las han puesto ya han acabado, y no hemos tenido tiempo para entenderlas.

LO MEJOR: el tono de normalidad o de documental y las escenas siniestras

LO PEOR: las escenas sin sentido, el inexistente terror y alguna escena ridícula


TÍTULO ORIGINALLa Posesión de Emma Evans (Exorcismus)
AÑO2010
PAÍSEspaña
DURACIÓN100 minutos
DIRECCIÓNManuel Carballo
GUIÓNDavid Muñoz
REPARTOSophie Vavasseur, Stephen Billington, Lazzaro E. Oertli Ortiz, Richard Felix, Jo-Anne Stockham, Doug Bradley, Tommy Bastow y Isamaya Ffrench

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domingo, 5 de junio de 2011

"EL HOMBRE LOBO" (2010): aprobado por los "pelos"


“El Hombre Lobo” fue una película dirigida por George Waggner que se estrenó en 1941 en Estados Unidos en plena Segunda Guerra Mundial, y se convirtió en uno de los films de terror más exitosos de la década.

Casi setenta años después, Joe Johnston ("Capitán América") dirigió el remake de esta película, la cual contó con 150 millones de dólares y con actores de lujo de la talla de Benicio Del Toro (“Sin City”), Anthony Hopkins (“El Silencio de los Corderos”) o Hugo Weaving (“Matrix”).

Hacía tiempo que el público amante del terror en general, y de los licántropos en particular, esperaba el anuncio del estreno de una película de hombres lobo que pudiera satisfacer a los más inconformistas, y de paso reducir la distancia existente en la actualidad entre este tipo de películas y las más frescas de zombies o vampiros.

Y con “frescas” no me refiero a que era necesario crear un ambiente juvenil o moderno, sino intentar que no se viera más de lo mismo de un monstruo que está siendo pisado por unos jóvenes y enamoradizos chupa-sangre y por unos cadáveres caníbales.

Lawrence Talbot (Benicio Del Toro) en plena transformación
Lawrence Talbot (Benicio Del Toro) tuvo una infancia durísima al ver con sus propios ojos como su madre fallecía en su propia casa señorial de Blackmoor, Inglaterra. Por esta razón fue enviado por su padre, John Talbot (Anthony Hopkins), a un manicomio y posteriormente a vivir en América, separándolo así de su hermano Ben.

Años más tarde, Lawrence es un ilustre actor de teatro que está de gira por Londres. Un día, aparece en su camerino una bella mujer, Gwen Conliffe (
Emily Blunt), quien dice ser la prometida de su hermano. Ésta asegura que Ben ha desaparecido y le pide ayuda para encontrarlo.

Unos días más tarde, Lawrence vuelve al pueblo de Blackmoor después de muchos años para encontrar a su hermano. Pero el mismo día en que llega se entera de que acaban de encontrar el cadáver de su hermano en muy mal estado, como si hubiera sido mutilado por un animal brutal y sanguinario.

A partir de ahí, Lawrence no parará hasta encontrar al responsable de esta muerte y la de otros aldeanos, y lo hará vigilando de cerca a su padre, quien no parece tener sentimiento alguno. Además, el inspector Abberline (Hugo Weaving) también andará detrás del misterio llevando a cabo una investigación contra el propio Lawrence.

Gwen (Emily Blunt) escondiéndose de la bestia
Después de visionar el filme, la sensación es que los productores desaprovecharon una grandísima oportunidad de marcar un antes y un después en el cine de terror y hombres lobo.

Con todo el presupuesto del que disponían, se ofuscaron en crear unos muy buenos efectos especiales y una fotografía que realmente te transportase a la época victoriana de Gran Bretaña (cosa que consiguieron), y se olvidaron de crear un guión sólido y una trama que realmente diera miedo porque, desgraciadamente, la película no da canguelo alguno.

Además, pese a contar con un elenco de actores de lujo, no hay ninguno que destaque por una gran actuación ni por creerse al personaje. Parece que antes de rodar les hubieran dicho: “poned solo vuestra célebre cara, que la ambientación, el maquillaje y el 3D, harán el resto”.

Pero que nadie piense que es una birria de película que no merece ser contemplada. Bajo la frustración inicial se esconde una película gótica muy bien ambientada, con unos monstruos muy elaborados (ganó el Oscar 2010 al mejor maquillaje) y con algunas carnicerías con sangre y tripas dignas de la Serie B, que por lo menos te hacen divertir durante algunas escenas.

LO MEJOR: las matanzas del hombre lobo y la ambientación de época

LO PEOR: no da miedo y los actores estaban de vacaciones


TÍTULO ORIGINALThe Wolfman
AÑO2010
PAÍSEstados Unidos
DURACIÓN125 minutos
DIRECCIÓNJoe Johnston
GUIÓNAndrew Kevin Walker y David Self (Remake: George Waggner)
REPARTOBenicio Del Toro, Hugo Weaving, Anthony Hopkins, Emily Blunt, Geraldine Chaplin, Art Malik, Catherine Balavage, Richard James, Olga Fedori, Stuart St. Paul y Robert Roman Ratajczak

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"SHUTTER ISLAND" (2010): estar cuerdo es una locura


En el año 2010 se estrenó la película “Shutter Island”, una adaptación de la novela homónima del escritor Dennis Lehane.

El célebre director Martin Scorsese y el actor Leonardo DiCaprio volvieron a coincidir en un mismo largometraje, como ya pasó en películas como “Gangs of New York” (2002), “El Aviador” (2004) o “Infiltrados” (2006).

“Shutter Island”, que se estrenó el 19 febrero, se convirtió en una de las películas más productivas de esta pareja de artistas con una recaudación de más de 245 millones de dólares, habiendo costado unos 80 millones.

La película, que oscila entre thriller psicológico y paranoia, nos encajona en un hospital psiquiátrico donde residen personas desequilibradas que, por culpa de su demencia, han cometido crímenes y son muy peligrosas para la sociedad.

Edward Daniels (DiCaprio) es un policía judicial y excombatiente estadounidense de la Segunda Guerra Mundial. En 1954 es asignado junto a su nuevo compañero, Chuk (Mark Ruffalo), para viajar hasta el centro hospitalario Ashecliffe, situado en una isla cerca de Boston llamada Shutter Island.

Edward y Chuk antes de llegar a Shutter Island
El objetivo de la misión es encontrar a Rachel Solando, una perturbada muy peligrosa que ha escapado de su celda. Según los trabajadores del centro, es imposible que Rachel pueda haber huido de allí sin ser vista, por lo que se llega a barajar la posibilidad de que se haya literalmente “vaporizado”. Pero los dos agentes sospechan que hay algo más, que algo más grande se esconde detrás de esta desaparición, y que esto es solo la punta de un iceberg que huele a chamusquina.

El inquietante Dr. Cawley (Ben Kingsley) es el director del centro, y no duda ni un instante en obstaculizar la investigación de los agentes, ocultando la verdad y no permitiendo que ningún paciente loco ni ningún trabajador expliquen nada que no esté consentido por él.

Edward deberá aplicarse en la investigación para tener la oportunidad de descubrir que es lo que está pasando, e intentar no perderse en el laberinto de paranoia y narcosis en el que está embutido.

En acabar el filme, uno se da cuenta de que ha presenciado una producción de esas en las que los creadores se han esmerado a fondo para cultivar cada detalle de la trama. Dirección, guión, actores, fotografía o banda sonora, juegan un papel clave para que nadie pueda reprocharles ningún “pero” en al acabado final.

Se ha conseguido crear una ambientación increíblemente tenebrosa y la película no permite ni en un solo segundo un soplo de felicidad (al inicio de la historia ya se dice que solo hay una entrada y salida de la isla y que se avecina una gran tormenta).

Durante gran parte de la cinta, la historia en si cautiva tanto que te engancha como si tomaras las mismas drogas que los pacientes desequilibrados del hospital. La sensación incesante de misterio y suspense no se detiene hasta que se desvela el enredo, pero vuelve a reaparecer una vez te has recuperado de un jarro de agua fría tirando a tibia.

Cabe destacar la exhibición interpretativa de Leonardo DiCaprio, quien se mete tanto en el papel que se puede pensar que el tío lo llegó a pasar mal de verdad. Además, el actor cuenta con la ayuda de un elenco lleno de magníficos intérpretes, incluido el papelito que tiene el nuevo Freddy Krueger, Jackie Earle Haley.


LO MEJOR: DiCaprio y el embrollo que monta Scorsese

LO PEOR: se tiene que estar atento para entenderlo todo


TÍTULO ORIGINALShutter Island
AÑO2010
PAÍSEstados Unidos
DURACIÓN138 minutos
DIRECCIÓNMartin Scorsese
GUIÓNLaeta Kalogridis (Novela: Dennis Lehane)
REPARTOLeonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Emily Mortimer, Michelle Williams, Jackie Earle Haley, Patricia Clarkson, Max Von Sydow, Elias Koteas, John Carroll Lynch, Ted Levine y Christopher Denham

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jueves, 2 de junio de 2011

"Buried (Enterrado)" (2010): dos metros cúbicos de tensión


Con un presupuesto estimado de 3 millones de dólares y 3 semanas de rodaje en Barcelona, en septiembre de 2010 se estrenó “Buried (Enterrado)”, una de las películas españolas más esperadas de la historia y ganadora de 3 Premios Goya (10 nominaciones).

El director del filme es el español Rodrigo Cortés, creador de la película “Concursante” (2007) y de “Red Lights”, que se estrenará en el 2012. Además el protagonista de la historia es el popular actor canadiense Ryan Reynolds, quien ha trabajado en películas como “Blade: Trinity” (2004) o “Green Lantern” (2011).

El director gallego se propuso hacer vivir una pesadilla claustrofóbica a quien viera la cinta, y en mi opinión lo consiguió. De entre todas las situaciones en las que la mayoría de los seres humanos no tardaríamos mucho tiempo en perder la cabeza, “Buried” (2010) nos muestra una de las que más angustia y desesperación nos podría provocar: despertarse enterrado bajo tierra en un ataúd de madera.

Paul Conroy (Ryan Reynolds) trabaja de transportista en Irak desde hace unos nueve meses, hasta que un día se ve envuelto en un tiroteo entre soldados americanos y unos insurgentes iraquíes.

Unas horas más tarde, Paul se despierta en la total oscuridad en lo que parece ser una caja de madera. Pronto descubre que además está enterrado bajo tierra en alguna zona del país. A partir de ahí solamente cuenta con un encendedor Zippo, con un lápiz y con una BlackBerry con el menú en iraquí, para intentar hallar el modo de salir vivo de esta lata de conservas.


Esta película se convirtió para mí en una de esas que sabes que tienes que ver, pero que de alguna manera hay algo que te lo impide hacer, algo te que quiere evitar el mal trago de tener que pasar un mal rato, y que quiere eludir un más que factible principio de ansiedad. No obstante, llega el día que no se puede elidir la tentación que supone este título y, sin más remedio, la tienes que ver. Empieza a sonar la música de los títulos de crédito,  y el estrés ya empieza a ser “oficial”.

Paul Conroy (Ryan Reinolds)
Pero sorprendentemente aquí acaban las altas tensiones, y en cuanto termina el filme descubres que, en lugar de haber visto el causante de gastarte dinero en pastillas para la ansiedad, has tenido el placer de ver uno de los mejores thrillers psicológicos de los últimos años.

Ryan Reynolds hace un papel sublime. Consigue transmitir la zozobra que se consideraría normal en estos casos,  y gracias a esto consigue que el 100% del reparto para esta película roce la matrícula de honor, básicamente porque él es el único actor que se deja ver (bueno, la actriz Ivana Miño aparece unos segundos en un vídeo del móvil, pero por eso no le van a nominar a los Goya).

Sin embargo, si Reynolds hace una gran interpretación, los héroes de esta producción son sin duda Rodrigo Cortés y el guionista (Chris Sparling), quienes consiguen (a través de movimientos de cámara inverosímiles y una trama intrigante y emocionante) engancharte a la historia sin echar de menos los efectos especiales, las secuencias de acción ni los diálogos súper creativos y profundos.

En definitiva, recomiendo que no hagáis como un servidor y que cuando tengáis la oportunidad de ver este largometraje, no dudéis en hacerlo.

LO MEJOR: la trama, los planos de la cámara y poderte meter en la historia sin efectos especiales

LO PEOR: al final falta pasar un poco más de angustia


TÍTULO ORIGINALBuried
AÑO2010
PAÍSEspaña
DURACIÓN93 minutos
DIRECCIÓNRodrigo Cortés
GUIÓNChris Sparling
REPARTORyan Reynolds y Ivana Miño                                                            

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miércoles, 1 de junio de 2011

"The Guard Post" (2008): la noche de los zombis coreanos con acné


Después de escribir y dirigir “R-Point” (2004), el director surcoreano Kong Su-Chang creó cuatro años más tarde su segundo largometraje, “The Guard Post”. 

La trama está ambientada en una base militar situada en la región fronteriza de Corea del Sur, y es un revoltijo entre película bélica, de terror con virus zombificador y de suspense asiático con embrollos difíciles de organizar.

Cuando el puesto de guardia número 506 no da señales de vida durante un tiempo, el ejército coreano envía automáticamente a un pelotón militar para que averigüe cuál es el motivo de dicha incomunicación.

Con el sargento mayor Seong-gyu Noh (Cheon Ho-Jin) delante, los soldados descubren que 19 de los 21 vigilantes han muerto y están despedazados por toda la construcción. De los dos restantes, uno está en coma y el otro está en “busca y captura” (ambos son principales sospechosos de la masacre).

Después de mucho tiempo buscando al soldado perdido, éste aparece y se descubre que es ni más ni menos que el comandante Yoo (
Cho Hyun-Jae), el hijo de un importantísimo general del ejército surcoreano. Durante mucho rato lo interrogan pero no consiguen sacarle nada claro. Lo único seguro es que el aniquilamiento ha ocurrido en circunstancias muy extrañas.

Asimismo, en ese preciso instante a los reclutas les empiezan a salir por la piel unas pústulas nauseabundas provocadas por un virus desconocido. Esa infección les causa un daño en el cerebro que les convierte en una especie de zombis granulados. El sargento Noh intentará descubrir el origen de esta infestación y como poder pararla. 

Des del inicio de la película, se respira una gran inquietud provocada sobretodo por el aspecto macabro y siniestro del emplazamiento donde se desarrolla la historia (un búnker militar hecho pedazos) y también por la sensación continua de que alguien o algo atacará en cualquier momento por la espalda. Además, la intranquilidad llega a cotas altas porque la mayor parte del filme transcurre de noche, lloviendo y con coreanos hablando en coreano (sí, a mi me pone un poco nervioso).

El problema que creo que tiene la película es que hay un sinfín de flashbacks que hacen que se pueda perder el hilo de la trama. Hay tantos cambios temporales que a veces es complicado saber si estamos en el presente o en el pasado, y si a esto le sumamos que en poco tiempo aparecen un montón de personajes, nombres o cargos militares, el caos mental llega a ser agobiante.

Además, no se puede decir que los zombis de la película sean auténticos. Es decir, que no llegan a ese nivel, más bien se quedan en lunáticos pestilentes y con ganas de asesinar a ratos (y digo a ratos por que la locura no es permanente, sino que tienen ataques de histeria que luego se convierten en lagunas mentales).

Pese a todo esto, sería negligente decir que os ahorrarais de ver esta cinta ya que, a pesar de algunos peros, es genial la ambientación y provocar una sensación perenne de desasosiego es una tarea realmente difícil de conseguir. 

LO MEJOR: la sensación constante de angustia y el ambiente donde se desarrolla la historia

LO PEOR: los continuos flashbacks y los zombis "light"


TÍTULO ORIGINALG.P. 506
AÑO2008
PAÍSCorea del Sur
DURACIÓN120 minutos
DIRECCIÓNKong Su-Chang
GUIÓNKong Su-Chang
REPARTOCheon Ho-Jin, Cho Hyun-Jae, Lee Young-Hoon y Lee Jeong-Heon

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